Currilla Vazquez

07 marzo 2009

Necesidad de Comunicarnos


Porque tuve temor de
la gran multitud, y el
menosprecio de las
familias me atemorizó, y
callé, y no salí de mi puerta;
¡Quién me diera
quién me oyese!



Job 31: 34, 35

Comunicarnos, ponernos en
contacto con alguien, intercambiar
informaciones, compartir impresiones,
cosas íntimas etc. es una necesidad
vital para cada ser humano.
La ausencia de comunicación con
los allegados produce un sentimiento
de extrema soledad, un silencio
interior insoportable.
Si usted está encerrado en este
silencio, si no tiene a nadie con
quien hablar, ¿sabe que existe una
persona que siempre tiene tiempo para
escucharle o para comunicarse con usted?
No hay que pedir cita, ni desplazarse
de un lugar a otro, ni pagar una consulta.
A cualquier hora del día o de la noche,
usted puede hablarle de su tristeza,
exponer su situación, "por más
complicada que sea" sin esconder nada.
Esta persona le acepta tal como es,
le comprende y tiene el poder para
ayudarle, quiere transformar su vida
dándole paz y seguridad.
Es el Dios todopoderoso, quién le ama
sin condiciones y le oye siempre.
Donde quiera que usted esté:
¡Háblele!


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