Currilla Vazquez

27 octubre 2009

Díselo Con Palabras


Conservaos en el amor de Dios.

Judas 1: 21

Muchas veces no apreciamos debidamente a:
Las personas que amamos.
Tal vez nos envolvemos en el proceso del diario vivir y trabajar
y nos olvidamos de compartir nuestros verdaderos
sentimientos internos.
Solemos decirnos a nosotros mismos:
"Ella sabe que la quiero" o "El sabe que lo quiero"
Pero nunca se lo decimos.
Tal vez te hayas criado en una familia donde los sentimientos
positivos y de amor, no se expresaban con
palabras, y no sabes qué decir.
Quizás tengas miedo de decir algo equivocado, o de que si tratas
de expresar tus sentimientos, no podrás controlarlos.
Eso no importa, ni siquiera si lloras.
Hay muchas formas de decirle a esa persona especial
que la amamos.
Con una bonita postal, con unos ricos bombones, o....
Como dice el anuncio: "¡Dígaselo con flores!"
Nuestra pareja agradece mucho estas muestras de amor,
pero yo he aprendido con los años a no dejar que
las rosas, los bombones, o la tarjeta, hagan todo de
decirle lo que realmente siento.
También necesito pronunciar las palabras.. "Te amo"
Todo el mundo necesita escuchar palabras de amor.
En el Cantar de los Cantares, los amantes usaban
frecuentemente palabras cariñosas cuando se hablaban.
Hoy, dile a esa persona especial:
"Te amo"
No sólo con dulces o flores, sino con palabras.

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Una palabra de amor puede marcar:
Un mundo de diferencia.

03 octubre 2009

Himnos De Alabanza


Cantar al Señor
un cántico nuevo.

Salmos 149: 1

La música es una de esas cosas maravillosas
y buenas de la vida que damos por sentado.
No obstante, igual que sucede muchas veces,
"en la mayoría de las cosas"
el hombre pecaminoso ha tomado este buen don
de Dios y lo ha usado para malos propósitos.
En nuestro día somos especialmente conscientes
del mal uso y las vergonzosas letras que
a menudo forman parte ella.
Sin embargo, la buena música es:
"Una bendición del Señor"
Es un tónico calmante para nuestros corazones.
Nos puede motivar a vivir para Cristo, y por medio de
la música, podemos elevar nuestros corazones
en alabanza al Señor.
Sin música estaríamos muy despojados.
Por todas las edades, la música ha bendecido a
multitudes de personas.
Es maravilloso escucharla en la Naturaleza:
En el susurro del viento, en el canto de los pájaros etc.
Cantar alabanzas a Dios honra al Señor, y nos da gozo.
Así que unamos nuestras voces con otros creyentes y
elevemos nuestros corazones en himnos de alabanzas,
siempre que tengamos el privilegio de hacerlo.

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Himno de Alabanza

¡CUAN CRANDE ES EL!

Señor mi Dios, al contemplar los cielos,
El firmamento y las estrellas mil,
Al oír tu voz en los potentes truenos,
Y ver brillar al sol en su cenit.
Al recorrer los montes y los valles,
Y ver las bellas flores al pasar,
Al escuchar el canto de las aves,
y el murmurar del claro manantial.
Cuando recuerdo del amor divino,
Que desde el cielo al Salvador envió,
Aquel Jesús que por salvarme vino,
Y en la cruz sufrió por mí y murió.
Mi corazón entona esta canción:
¡Cuan grande es El!




01 octubre 2009

Expectativas Realistas


Nadie estuvo a mi lado, sino que
todos me abandonaron;.....
Pero el Señor estuvo conmigo
y me fortaleció.

2 Timoteo 4: 16

Una de las cosas que estoy aprendiendo
a medida que me hago mayor, es no esperar
demasiado de los demás.
Algunas veces ponemos mucha energía y
amor en un amigo o miembro de nuestra
familia y vemos que éste no corresponde
o no paga nuestros esfuerzos con gratitud.
Incluso es posible que otros sean los que reciban
el crédito o el mérito por el trabajo que hemos hecho.
Si esperamos que todos reconozcan y agradezcan
lo que hemos hecho por ellos.......
Ciertamente quedaremos profundamente heridos.
Comenzaremos a preguntarnos:
"¿Es éste todo el agradecimiento que recibo?"
En esos momentos de decepción, sería bueno
examinar nuestros motivos.
¿Tenemos algún sentimiento pecaminoso de
sentirnos con derecho a algo, o alguna pasión por
ser vistos y aplaudidos por nuestros esfuerzos?
¿Podemos dar con libertad y dejar que los demás se
responsabilicen de sus propias respuestas?
En muchos momentos de nuestra vida, nos
sentiremos abandonados y defraudados, pero nuestro
enfoque tiene que estar en la fortaleza de Dios.
Nunca debemos esperar obtener de los demás lo
que sólo Jesús puede dar.
Hacer eso es algo totalmente poco realista.
Nuestra tarea es simplemente dar y dejar los
resultados a nuestro Maestro, sabiendo que un día
recibiremos su recompensa, y nos dirá:
" Bien, siervo bueno y fiel"

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El trabajo bien hecho para Cristo
recibirá un "bien" de Cristo.