Aprendiendo a Caminar

Yo enseñé a andar a Efraín, yo
lo llevé en mis brazos.

Oseas 11: 3

Recuerdo aquellos días hace algunos años
cuando mis hijos estaban aprendiendo a caminar.
Primero mostraron su buena disposición
levantándose y dando uno o dos pasos vacilantes.
Extendía mis brazos y los alentaba a caminar hacia mí.
Algunas veces, les sostenía de las manos.
Les alababa cada intento, y eso me hacia feliz.
Hasta que un día.... Aprendieron a caminar.
Nuestro Padre celestial está delante de nosotros
con los brazos extendidos, alentándonos hacia
la santidad, ansioso de cogernos cuando tropezamos.
Nos levanta cuando caemos.
Nunca se desalienta con nuestro progreso,
ni jamás se rinde.
Cuanto más difícil encontramos el proceso,
tanto más cuidado y bondad Él gasta.
" Dios nos ayudará cuando no podamos caminar, y
nos ayudará cuando nos sea difícil caminar, pero
no puede ayudarnos si no caminamos."
Aun cuando caemos, debemos intentarlo de nuevo.
Nuestro Padre nos sostiene de la mano.
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No podemos correr la carrera cristiana,
hasta que aprendamos a caminar.