Currilla Vazquez

06 junio 2009

Manchitas de Pintura


Si confesamos nuestros pecados,
Él es fiel y justo para
perdonarnos los pecados y para
limpiarnos de toda maldad.


1 Juan 1: 9

El haber pintado con un rodillo por
encima de mi cabeza produjo una
lluvia de finas gotitas que dejaron unas
manchitas muy pequeñas en mis lentes.
Aunque otros las notaron, yo no las veía.
Sin embargo, unos días después salí
para hacer unas compras, y el ángulo
de la brillante luz del sol que pasaba por
mis lentes de repente hizo esas gotitas
vivibles y molestas.
Lo mismo sucede con algunas de nuestras
imperfecciones morales.
Otras personas las pueden ver, pero
nosotros no.
Luego, cuando estudiamos la Palabra de Dios,
la verdadera luz del Señor Jesucristo
brilla sobre nosotros, y nuestras faltas morales
se vuelven alarmantemente visibles.
Su carácter puro, amor genuino y motivaciones
no mescladas revelan manchitas de maldad
en todo lo que hacemos.
Las mentiritas piadosas, una ira egoísta,
pequeñas hipocresías y motivaciones turbias
se destacan vivamente.
Y están en todos nosotros en uno u otro grado.
Cuando confesamos nuestras faltas,
Dios nos limpia.......
Incluso aquellas manchitas que no siempre vemos.
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Detectar el pecado es el primer paso,
hacia la liberación del mismo.

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