Currilla Vazquez

11 noviembre 2009

Una Cadena Sin Romper


Y lo que has oído de mí...
Eso encarga a hombres fieles.


2 Timoteo 2: 2

Siempre que me encuentro con un cristiano por
primera vez me intereso en saber, cómo llegó esa persona
a
confiar en Cristo como su salvador.
Todo el mundo tiene una historia diferente que contar, pero

todos testifican que han aprendido la verdad
gracias a los esfuerzos de otros:
Sus padres, pastores, maestros de escuela dominical, líderes
de club bíblicos, amigos, y escritores.
El cuerpo de Cristo, crece mediante una:
"Cadena de maestros que no se rompe"
En el versículo de encabezado, aprendemos que
Timoteo se convirtió en creyente por medio de su abuela
Loida, su madre Eunice y la enseñanza de Pablo.
El apóstol Pablo, está diciendo a Timoteo que formara
parte de esa cadena y encargara esas verdades:
"A otros fieles que sean idóneos para enseñar a otros"
Este principio se aplica a todos los creyentes.
Nosotros teníamos que recibir la verdad de alguien.
Ahora tenemos el generoso privilegio y la solemne
obligación de transmitir esa verdad a otros.
Considérate como un eslabón en la cadena viva que
se extiende desde la época en que Jesús vivió
en la tierra hasta el día presente.
Debemos mantener fuerte esa cadena hablándoles
a otros de Jesús, para que el evangelio llegue
a las generaciones futuras.
Cristo murió en esa dolorosa cruz.
Él fue el sacrificio por nuestros pecados.
¿Le has pedido ya, que te salve?
Si no es así....
Habla con Él ahora mismo.


* * * * * * * * * * * * * * * * *

Nada habla más claramente del Amor de Dios:
Que la Cruz de Cristo.

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