Currilla Vazquez

19 noviembre 2009

¡Se Acabó La Guerra!


Y vino "Jesús" y anunció paz a vosotros que
estabais lejos, y paz a los que estaban cerca.
Porque por medio de Él los unos y los otros tenemos
entrada por un mismo Espíritu al Padre.


Efesios 2: 17, 18

El amargo conflicto había terminado finalmente
entre el norte y el sur.
Los soldados de la Guerra Civil de los Estados Unidos
eran libres de regresar a sus familias.
Sin embargo, algunos de ellos permanecieron
escondidos en los bosques viviendo de frutillas.
O no escucharon que la guerra había terminado, o
no lo creyeron, por lo que siguieron soportando
condiciones muy malas cuando pudieron
haber estado de vuelta a casa.
En la esfera espiritual ocurre algo parecido.
Cristo hizo la paz entre Dios y el hombre
al morir en nuestro lugar.
Pagó la pena por el pecado en la cruz.
Todo el que acepte su sacrificio será perdonado
por un Dios santo.
Lamentablemente, muchas personas se niegan a creer
el evangelio y continúan viviendo como:
Furtivos espirituales.
A veces, hasta los que hemos puesto nuestra confianza
en Cristo vivimos casi al mismo nivel.
Por ignorancia o por falta de disposición, no reclamamos
las promesas de la Palabra de Dios.
No experimentamos el gozo y la seguridad
que acompaña la salvación.
No sacamos de nuestra relación con Dios el consuelo
y la paz que Él tiene para sus hijos.
Eso es vivir como si fuéramos huérfanos.
¿Has estado viviendo apartado del consuelo, el amor
y el cuidado de tu Padre celestial?
Ven a casa.
¡Se acabó la guerra!

* * * * * * * * * * * * * * * * *

La victoria de Cristo sobre la muerte significa:
Paz para sus santos.


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